En nuestra rutina de cuidado corporal es de vital importancia no olvidarse del rostro, pues este es la carta de presentación en todo momento. Una de las mejores prácticas que podemos hacer es exfoliarlo 1 o 2 veces por semana para mantener nutrida, humectada e iluminada nuestra cara. Es importante no exceder en este proceso debido a que puede resultar dañino para el cutis.
Si bien todos tenemos diferentes tipos de piel, es necesario conocer cuál es la nuestra y utilizar ingredientes que actúen como tratamiento adecuado para no causar un efecto contrario. A continuación, te presentamos 5 exfoliantes caseros que puedes preparar con elementos que fácilmente tienes en tu casa, identifica cuál de ellos es el más útil para ti según tu tipo de piel.
Piel seca: Aceite de oliva y azúcar
Si tienes una piel seca, es necesario que uses un exfoliante que tenga como base alimentos ricos en nutrientes y con óptimas cualidades de humectación, esto eliminará las células muertas y le dará vitalidad a tu rosto.
Preparación: Mezcla los ingredientes en un frasco y aplica sobre la piel limpia. Deja actuar durante unos minutos y enjuaga con agua tibia.
Piel grasa: pepino y azúcar
Las pieles grasas necesitan ingredientes como alimentos con cualidades astringentes y antibacterianas. Un componente importante para exfoliar este tipo de piel es el pepino, gracias a sus propiedades de hidratación y sensación de frescura que aporta a su cuidado.
Preparación: Extiende esta mezcla sobre tu cara, déjalo actuar durante 15 minutos y retírala con abundante agua fría.
Piel sensible: Avena y leche o yogur
Las personas con piel sensible requieren aplicar sobre su piel ingredientes que produzcan un equilibrio cutáneo para evitar cualquier tipo de irritación. Este exfoliante permitirá lucir una piel radiante, suave y joven.
Preparación: Aplícalo sobre tu rostro y masajea circularmente, deja actuar durante unos minutos y enjuaga con agua tibia. Aplica finalmente una crema humectante para hidratar tu piel.
Piel normal: Banano y miel
El banano es una fruta con nutrientes esenciales que permiten mantener la elasticidad en la piel, además de poseer antioxidantes que previenen las células del envejecimiento prematuro. Esta fruta es ideal para nutrir, suavizar e iluminar la piel.
Preparación: Incorpora bien estos ingredientes hasta que quede la consistencia pastosa, lava tu cara con agua tibia y luego aplica la mezcla sobre tu rostro. Deja actuar durante 20 minutos y límpialo con agua fría.
Piel mixta: Limón y azúcar
La piel mixta se caracteriza por tener brillo en la zona T del rostro y tener las mejillas entre normales y secas. Por esta razón, requiere un tratamiento específico que no afecte ninguna de estas dos áreas y permita mejorar su apariencia. Este exfoliante permitirá mantener la piel suave, sin imperfecciones, iluminada y sin brillos.
Preparación: Al zumo de un limón añádele azúcar hasta que espese un poco, aplica sobre la piel húmeda masajeando circularmente. Déjalo actuar entre 5 a 10 minutos y enjuaga con abundante agua tibia. Es importante utilizar este exfoliante durante la noche, pues con la luz del sol el limón puede causar manchas en la piel.
Puedes complementar estas rutinas de exfoliación aplicando una crema humectante después de cada aplicación. No olvides hacerlo máximo 2 veces por semana y tu piel se mantendrá fresca y con mucha vitalidad.